viernes, 30 de abril de 2010

Realidad y realidades


por Juan Carlos Montenegro



Hace unos días atrás el Cardenal Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires y Primado en la Argentina, en una declaración a la prensa, dijo que lamentablemente el país estaba al borde del colapso “ya que los niños salían del colegio y en las esquinas les vendían drogas….”

Estas declaraciones, por un lado infelices en la boca de un pastor, ponen en evidencia la realidad argentina vista de prismas diferentes, ya que para el religioso lo importante es la conservación de la clase bien del país combatiendo a los pobres, a esos que se les cerraron todos los caminos y que no les quedó otra que vender drogas….., existen los “hombres decentes, llenos de oportunidades y los delincuentes que piensan todo el día en como llevar por mal camino a los buenos de este cuento de hadas y de este país, visto desde esa perspectiva como lleno de oportunidades para todo sus habitantes”.

Hasta aquí todo simplista y animalista…., digno de los noticieros con los que bombardean nuestros pobres y limitados cerebros el día todo, además de acomodado para una clase media, que se olvidó de sus orígenes y que quiere no solo ponerlos en agua de borrajas, sino en lo posible eliminarlos de una vez y para siempre…, ya que de acuerdo a este pensamiento, los pobres y los que dejan de ser, no para ascender, sino para caer en indigencia o en situación de calle, hay que eliminarlos, pues son los personeros de las pestes y la violencia, además de dar mal aspecto y mostrar una mala imagen en nuestras paquetas ciudades.

Lamentablemente para Bergoglio y para esa clase media, existe otro punto de vista, y es el de aquellos, que como dice el amigo “chito paredes” estamos como enojados, o como decía Scalabrini, Jauretche, Perón …., como para citar a algunos, tomamos el megáfono para mostrar que el País es de todos y que en cuanto unos pocos más consumen, otros pocos ya hasta dejan de comer.

Hace unos años, me tocó dar clases en una Maestría de Gestión Ambiental, dirigida a abogados, en la Universidad de Belgrano. En mi primera clase, luego de la presentación fastuosa y marketinera hecha por el Director de Post Grado, cuando vi a mis alumnos y alumnas que en la verdad estaban vestidos y producidos para una fiesta y no para asistir a clases un viernes por la noche, en silencio me fui hasta la ventana del curso, la abrí y les dije: “ahí fuera está Buenos Aires y el país……, digo esto por que a veces para quienes están por fuera de lo cotidiano, cuesta mucho enfrentar la realidad.”

Por ello como veo a Bergoglio que incita a la lucha de clases, con la eliminación sistemática de la más débil, pensamiento brutal y ajeno a la realidad, lo mismo ocurre con los pensadores del campo popular, cuando ven la realidad desde la comodidad de un gabinete de investigación o desde la biblioteca de su casa, sin bajar a ver cuanto sus discursos se acercan a la realidad, que nunca es tan químicamente pura, como la que encontramos en los textos.

Recuerdo a uno de mis maestros, el Dr Ciro Rene Lafón, uno de los fundadores del pensamiento antropológico moderno en Argentina, que siempre me repetía que la responsabilidad de un investigador de ciencias sociales, es saber que uno debe inmiscuirse con la realidad, ser sujeto y objeto de la realidad, ya que ella es dinámica y nunca químicamente pura…., y el cambio de esta realidad y de esta cultura del enfrentamiento es el verdadero camino a seguir y el primer paso del Bicentenario.

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