por Juan Carlos Alarcón

Cuando Moyano asumió la presidencia del PJ-Bs As lo cascotearon de todos lados. Ahora Francisco de Narvaez viene de compararlo con Herminio Iglesias y esto me hizo recordar cuando en Córdoba, en el 1973, Atilio Lopez, secretario de la CGT local asumiera como vice gobernador de la provincia. Por entonces decían que el “negro” Lopez no sabía escribir, que era un bruto patotero y que tampoco entendía nada de política por eso lo usaban como muñeco. Ahora que Hugo Moyano viene de asumir a la cabeza del PJ de Buenos Aires, vuelven a salir criticas casi similares, salvando las diferencias.
En realidad lo que molesta es que cada vez que un trabajador del Movimiento Obrero Organizado tiene la posibilidad de asumir cargos de gobernancia las clases privilegiadas se sienten amenazadas. También esos personajes, ávidos de poder y muy lejos del campo popular y social, se enquistaron en el propio peronismo y están pegando el grito en el cielo. Y, encima, al gordo Moyano se le ocurre decir que los patrones deberían distribuir los beneficios de sus empresas con los trabajadores. No es una idea descabellada porque la misma Constitución lo dice. Por supuesto eso dio idea para que en el Congreso saltara un proyecto sobre la repartición de los beneficios de las empresas. Claro, ellos son más modestos, solamente el 10 % y en las empresas con más de 300 empleados. Qué ocurrencia tocarle el bolsillo a los señoritos!... Ya están los que hablan sobre la cubanizacion del país.
El proceso de crecimiento, de inclusión social y de distribución equitativa de la riqueza no les agrada a los que todavía se creen dueños de la Argentina. Es como si quisieran volver a los gobiernos oligárquicos, autoritarios, represores y entreguistas que ensombrecieron el país. Lo que les molesta es que se continúe a profundizar un proyecto político y popular que están aplicando desde la presidencia, y esto confirma la realidad de que la oposición defiende más a los grupos económicos que siempre sacaron ventajas en desmedro de las clases populares, ya se vio con la 125 y con el regreso de los jubilados a su cauce normal.
Cualquier analista serio se da cuenta de la desinformación que se viene haciendo con las próximas elecciones presidenciales, porque con las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, recién el 14 de agosto del año 2011 todos los argentinos concurrirán a elegir quiénes van a ser los candidatos en las elecciones generales.
En cualquier país democrático la discusión un año antes se hace con respecto al proyecto y a las ideas que cada uno va a llevar, mientras que el partido gobernante mostrará los resultados de su gestión. Pero esto no le conviene a la oposición, porque Argentina nunca estuvo mejor que ahora, cuando el mundo entero está tratando de sobrevivir de las crisis financieras y capitalistas en Argentina se recuperaron más de 5 millones de puestos de trabajo, se produjo un récord histórico en la exportación, un nivel de reservas de mas de 51.000 millones y una estabilidad con un cambio competitivo que permite el crecimiento interno. Guste o no, con algunos puntos más o menos, desde el 2002 hasta la fecha el crecimiento económico nunca se detuvo.
Por supuesto que todavía hay cuentas pendientes y muchas cosas para hacer. Por supuesto que todos los grupo sociales y populares deben continuar exigiendo que se mejore aun más la situación, todavía hay mucha inequidad entre las diferentes provincias. Por supuesto que la sociedad debe movilizarse en todos sus sectores buscando nuevos rumbos. No hay que tenerle miedo a esas cosas, son los engranajes de un país democrático, nunca en la historia argentina hubo tanta libertad de palabra y acción. Debemos seguir profundizando este proyecto que no sólo es económico sino es también social y cultural.
En el año 2002, cuando se decía que NK sería un títere de Duhalde, yo firmaba mi adhesión a Kirchner. Hoy, en el 2010, cuando la clase trabajadora reclama que las empresas también solidaricen sus enormes ganancias, yo continuo a adherir a este proyecto nacional y regional que es lo mejor que hemos tenido. Es necesario continuar a marchar hacia un modelo distributivo más justo.